“Acuérdate de mí, ¿vale? Existimos porque alguien piensa en nosotros y no al revés; no te olvides nunca”

domingo, 9 de diciembre de 2007

Parece que va a llover

Diez y veinticinco de la mañana. Tengo pegados los ojos con pegamento, o eso me parece. Miro por la ventana, veo el patio limpio, pero sé que dentro de eternos cinco minutos estará lleno de bolitas de papel de aluminio, de bocadillos que alimentan a las palomas, de botellas de agua vacías...
- Y entonces, como ya he explicado, el sistema económico de mercado es un sistema donde el mercado decide qué se ha de producir; organiza el trabajo y la manera de producirse, por lo tanto…

Riiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing
¡Por fin! Las diez y media. Bajamos todos las escaleras hasta llegar al patio. Observo como los demás se dedican a hablar por el móvil, otros discuten sobre los exámenes, otros se cuentan las cosas que les pasaron el día anterior...
Me acerco a la verja, pongo mi mano sobre ella y recuerdo el día en que alguien estaba tras de ella y me habló sobre el tiempo, ¡oh, qué interesante!, después continuó hablándome de mis ojos bordeados de un negro especial que conjuntaba con toda mi vestimenta, y acabó volviéndome a hablar del tiempo “Parece que va a llover, ¿no?” y en aquél mismo instante, cayó una gota sobre mi mano. Tengo un presentimiento, sé que estás cerca e intentas decirme algo pero sientes miedo, no sabes qué decir. Yo no me giro, hago como si no te sintiera detrás de mí y continúo mirando el paisaje de delante, un poco distorsionado por la verja.
A veces, prefiero no volver la vista atrás, el presente es lo que me hace luchar y seguir pensando que, un día, conseguiré sanar las heridas del pasado.
Ahora, te acercas más todavía, siento como tu mano intenta tocar mi espalda, mi hombro. Tiemblas, lo sé, te conozco mejor de lo que crees. De mientras, me cae una lágrima confundiéndose entre las gotas de lluvia, agacho la cabeza. Y entonces... sabes que te estoy sintiendo y el miedo te inmoviliza.
- Lo siento... – susurras.
- No lo sientas, a veces hay cosas que es mejor no sentirlas.

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