“Acuérdate de mí, ¿vale? Existimos porque alguien piensa en nosotros y no al revés; no te olvides nunca”

jueves, 27 de diciembre de 2007

Un nuevo camino

Crees que es fácil, que todo irá bien y el positivismo se desborda de su cauce. Se te escapan las sonrisas cuando bajas del avión y ves que estás en la ciudad que tanto soñabas. Miras atrás, no encuentras un motivo por el que coger otro avión y volver a casa. Miras a tu lado, estás acompañada de quien realmente supo cuidarte y tratarte con la mejor de las sonrisas, de esas que nunca se rompen. Miras adelante y ves todo un camino por recorrer, un camino de lucha, esfuerzo, voluntad. Un camino lleno de sueños e ilusiones, de calles húmedas con sabor a lluvia. Un camino lleno de edificios inmersos entre la niebla. Un camino de ventanas con vistas a todo y a nada, a alegría y a nostalgia. Un camino de huellas y de borrones. Un camino de premios y de derrotas.
Un camino, tu camino. Lo compartes con la esperanza de que a pesar de los malos tiempos siempre saldréis juntas con las manos unidas y con la cabeza bien alta de haber superado otra batalla más, de haber sonreído detrás de cada lágrima, de haber aumentado las horas del día y disminuido el vacío que tanto pesaba en vuestros cuerpos. Entonces y sólo entonces, sabes que jamás todo salió como esperabas, sino de una manera tan diferente y especial... Con eso te bastó para sonreír un día más.
Habías enriquecido el corazón con un nuevo rumbo.

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